La vaginosis bacteriana es una infección frecuente en la mujer de edad fértil y si no se diagnostica a tiempo puede tener consecuencias más graves. La ausencia de síntomas en algunos casos y el desconocimiento de las verdaderas causas que la provocan hacen de la vaginosis bacteriana un tema a tratar en profundidad.
¿Qué es la vaginosis bacteriana (VB)?
La vaginosis bacteriana (VB) se produce ante el desajuste en la vagina entre las bacterias buenas (lactobacilos) y las bacterias nocivas (anaerobios). Este desequilibrio es el que da lugar a esta leve infección en la mujer fértil. Si bien con el tratamiento adecuado el problema no va más allá de una simple afección, es frecuente que la mujer no padezca síntomas que la alerten y se retrase el diagnóstico. Esto conllevaría el riesgo de contraer alguna de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) como el virus del herpes simple (VHS), la clamidia, la gonorrea o el VIH.
¿Cómo se contrae la vaginosis bacteriana (VB)?
Aunque se desconocen las causas exactas que provocan la VB, sí se pueden precisar varios factores que favorecen el aumento de las bacterias malas en la vagina y se altere así el equilibrio:
- Las duchas vaginales
- El cambio de pareja sexual
- Practicar sexo con más de una pareja
Todos estos factores ponen a la mujer en el riesgo de verse afectada por la vaginosis bacteriana. Sin embargo, las mujeres que no hayan mantenido ningún tipo de relación sexual tampoco están a salvo de este problema.
Diagnóstico y síntomas de la vaginosis bacteriana
La mayoría de las veces, la vaginosis bacteriana (VB) se manifiesta en la mujer sin la presencia de síntomas que le avisen del problema. No obstante, hay algunos síntomas que sí que son más frecuentes:
- El flujo vaginal se vuelve poco denso
- El flujo puede presentar un color grisáceo además de un olor desagradable que se puede acentuar aún más tras haber mantenido una relación sexual
- Otra de las sensaciones que puede producir la VB es picor y ardor en la vagina al orinar
Para el diagnóstico de la VB se debe tomar una muestra de flujo vaginal mediante un hisopo de algodón para su posterior análisis en el laboratorio. Para aquellas mujeres que no padecen ningún síntoma, la única forma de diagnosticarla es a través de la citología vaginal a la que debe someterse la mujer periódicamente. Si al realizar esta prueba se encuentras las células llamadas 'clue cells' o células en empanada estaríamos ante un caso de vaginosis bacteriana.
El diagnóstico es muy importante para frenar la infección y que esta no vaya a más. Además de una mayor facilidad para contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS) como el VIH, la gonorrea, la clamidia o el herpes. Una mujer con vaginosis bacteriana puede sufrir una inflamación en la pelvis con la consiguiente infección de la matriz y de las trompas de Falopio. Las mujeres que la padecen durante el embarazo corren el riesgo de romper aguas antes de que finalice el embarazo, de tener un parto prematuro o de que el peso del bebé sea inferior al peso ideal. En el posparto también pueden aparecer complicaciones como la infección del endometrio.
Tratamiento y cura de la vaginosis bacteriana
Para que desaparezca la infección de la VB es muy importante seguir las indicaciones del especialista según cada caso, ya que de un tratamiento correcto o insuficiente depende el desarrollo o no de otras complicaciones, como el desarrollo de enfermedades de transmisión sexual (ETS). A pesar de que en ocasiones, la vaginosis bacteriana remite por sí sola sin necesidad de llevar a cabo un tratamiento, siempre es conveniente que la mujer sea tratada.
Para la cura de la VB el médico suele recetar antibióticos en comprimidos y/o en gel vaginal, siendo el metronizadol y la clindamicina los más recomendados. Estos medicamentos tienen la misma efectividad por vía oral que por vía vaginal, pero los efectos secundarios son más notorios en el caso de la ingesta de comprimidos. Al tratarse de antibióticos se debe tener un especial cuidado en el tratamiento y no beber alcohol durante el mismo así como otras recomendaciones que el especialista le indicará. Según la gravedad de la VB bastará con una serie de antibióticos o habrá que ampliar el tratamiento ya que la vaginosis bacteriana puede volver a aparecer.
Aunque el tratamiento en las mujeres embarazadas es más importante para evitar complicaciones, no difiere mucho del de una mujer no gestante ya que solo habría que variar la dosis en el caso del tratamiento por vía oral. ¿Es necesario que la pareja sexual de la afectada reciba tratamiento? Si la pareja es de sexo masculino no se necesita tratamiento pero si es de sexo femenino es posible que haya contagio.
Prevención de la vaginosis bacteriana
Los científicos aún no han llegado a un consenso sobre cuál puede ser la causa que provoca el desarrollo de la VB, por lo que de momento solo es posible enumerar una serie de pautas y comportamientos que previenen de la infección:
- No darse duchas vaginales
- Abstenerse de practicar sexo y si se mantienen, utilizar el preservativo como método anticonceptivo
- Limitar el número de parejas sexuales
Todas estas medidas protegen además contra las enfermedades de transmisión sexual (ETS).